Estamos en 1969. Un grupo de cuatro jóvenes músicos de Boston viajan a New York con la esperanza de que alguna discográfica les reciba y ponga a prueba sus talentos.
Salvando el control de seguridad del edificio, se presentan por sorpresa en las oficinas de Columbia Records, donde el Sr. Al Kooper tenía entonces su despacho y ejercía de promotor y productor de nuevos talentos. El propio Al Kooper cuenta lo ocurrido aquel día:
"¿Puedo ayudaros? " Pregunté "Hemos venido desde Boston para audicionar para usted señor Kooper", exclaman de forma halagadora . Descolgué el teléfono y llamé a la oficina de reservas del estudio para tratar de obtener algo de espacio para escucharlos y que tocaran lo más pronto posible. Cuando escucharon el final de mi conversación, gritaron: "¡Cuelgue. Podemos tocar aquí en su oficina!. ¡Todo lo que necesitamos es un enchufe para el amplificador del bajo!".
Nunca antes había sido abordado con una oferta como esta. Tímidamente colgué el teléfono. Así nació Appaloosa.
Los otros tres miembros eran el violinista Robin Batteau, cofundador de la banda junto a Compton. Eugene Rosov que ejecuta el cello, y el bajista David Reiser.
Este álbum homónimo se grabó en 1969, bajo el patrocinio de Al Kooper, quien también participó en todas las canciones del álbum, aportando teclados y guitarra, y su labor fue decisiva en la producción y posterior promoción del disco. La influencia de Kooper también sirvió para que pudieran contar con la colaboración de dos músicos de estudio de gran nivel, y también con dos componentes de Blood, Sweat and Tears, ex compañeros de Kooper, el batería Bobby Colomby y el saxofonista Fred Lipsius.
John Compton 1972 |
Encontramos temas de una belleza exquisita con una fuerte dosis de sonido folk americano, como es el caso de "Pascals Paradox", que contrasta con los profundos matices barrocos que aportan por ejemplolos excelentes arreglos de cuerda de de "Yesterday´s Road".
Se nota la buena contribución de Al Kooper con los teclados en algunos temas como "Georgia Street", en el que igualmente Fred Lipsius se luce en su solo de saxo alto.
También me gusta especialmente el último corte que cierra el álbum, titulado "Rosalie", en el que destaca el trabajo de Kooper con la guitarra eléctrica.
Este es un álbum poco conocido, que a pesar de contar con un buen apadrinamiento no obtuvo el éxito comercial ni el reconocimiento que merecía, quizás debido a la saturación de bandas que aspiraban a hacerse un hueco en el mercado discográfico de finales de los sesenta.
Una obra maestra muy recomendable, olvidada en el tiempo, pero que fué felizmente reeditada. Un disco ideal para este frío invierno que estamos teniendo. Para escuchar relajados, sin prisas y si es posible al lado del fuego.
Appaloosa - Tulu Rogers
Appaloosa - Thoughts of Polly
Appaloosa - Be Weekly
Appaloosa - Pascals Paradox
Appaloosa - Georgia Street
Appaloosa - Rosalie
http://uploaded.net/file/485ylz05
ResponderEliminarHola Antoni:
ResponderEliminarSe me ha borrado el comentario y otra vez a empezar.
Hace tiempo que no oía este disco y como buen alumno he hecho los deberes antes del futbol.
Decía que creo que la sinceridad debiera imperar en nuestros comentarios, que a veces parece que nos hacemos la pelota unos a otros.
Después de esta nueva escucha me sigue pareciendo aburrido y monótono donde los haya. Todas me parecen la misma canción, y el cantante poco entusiasmo le pone, solo algún micro-desmadre consigue sacarme de mi sopor.
Las condiciones eran las ideales, fria noche de invierno al lado del fuego, pero ni así.
Supongo que habrá gente que les guste esto, mejor para ellos y peor para mi que lo he tenido que sufrir. Pero es la grandeza de la música, que a cada uno le gusta una cosa,y el stock es ilimitado.
Este disco parece una nana para adultos, si con este no te duermes en la cama, el insomnio es grave. Yo usaba para los insomnios los discos de Dream Theater, que funcionan a la maravilla, pero igual añado este.
Bueno, solo soy un seguidor tuyo y espero que los demás no compartan mi opinión.
Saludos y espero no me hayas anulado la horchata que me debes.
Jose
Hola Jose:
EliminarLa sinceridad ante todo, y yo agradezco que sea así. Es más, me gusta que digas lo que piensas.
Después de leer tu comentario he pensado que tal vez Al Kooper debió sufrir mucho con estos pelmazos y que decidió ayudarles con el disco, sólo por quitárselos de encima cuanto antes.
Ahora hablando en serio: Este es un disco que yo tenía guardado desde hace tiempo en la recámara, después de darle una sóla escucha. A mi tampoco me gustó a la primera, pero me quedó la duda sobre si merecía o no otra oportunidad. Hace unas semanas me puse con él de nuevo y encontré un tema "Yesterday´s Road" que me pareció bueno para las selecciones barrocas y decidí incluirlo en la última, la número 22.
Yo he conseguido que me guste algunos de sus temas a base de oirlos repetidas veces, pero se que esto requiere de mucha paciencia y de mucho tiempo, es casi masoquismo, y no espero que nadie por su bien lo ponga en practica. Más habiendo tanta música buena por oir. Faltaría mas.
No pasa nada. Agradezco tu sinceridad y siento que hayas tenido que sufrir tanto para llegar a la conclusión de que no te gusta.
La horchata la dejamos para los valencianos. Nosotros tenemos pendiente un arróz del senyoret y unos calamares a la romana.
Un saludo.
Antoni.
Pues este es un disco que decubrí gracias a este blog, porque hace poco incluiste una canción suya en uno de tus recopilatorios. Como soy de buen obedecer, lo busqué y la sensación que me dejó es un poco "ni chicha ni limoná". Se les nota que tienen buena técnica, y la ayuda de Kooper también cuenta: todo suena muy arreglado, casi perfecto, pero hay poca vida. El problema es el clásico, la gente que toca muy bien pero tiene poca creatividad. En fin, que es un disco muy correcto, por decirlo así, pero poco más.
ResponderEliminarHola Rick:
EliminarNo es un disco fácil de asimilar, hace falta un poco de predisposición y paciencia para sacarle alguna gota, y ni aún así está garantizado un resultado positivo.
Yo ya intuía que los comentarios no iban a ser muy halagüeños, pero me arriesgué con la entrada y no me arrepiento, porque me gusta y me divierte comprobar con que sinceridad estáis respondiendo vosotros, los comentaristas habituales.
Agradecido, como siempre.
Antoni.
Evidentemente, esto no es "garage". Este disco me lo recomendó un gran coleccionista de vinilos en los años 70 en Tarragona. Lo guardaba como oro en paño entre su extraordinaria colección. Cuando, más tarde, lo conseguí en CD me costó un pelín pillarle el asunto. No es música para guateques jeje, pero cuando lo has oído unas cuantas veces, en el crepúsculo, o al amanecer, o en la "hora oblícua" (invento de un servidor. Ya os daré la lata con un relato sobre esa hora, temblad), en buena compañía y esas cosas, se aprecia su escondida variedad. Parece que todo el disco es igual, pero a mí me parece que el tal Compton, a pesar de lo que comenta Rick del posible lastre de la formación clásica, en este caso, me parece que sale airoso en las composiones. Y más con la ayuda de Kooper y los miembros de Blood, Sweat and Tears con los vientos; añadiendo los arreglos de cuerdas del propio grupo. Y claro, luego está el asunto de los gustos. A mí me gusta y lo he disfrutado en muchas ocasiones. Un buen disco para este blog, entra dentro de las coordenadas habituales. Así que me parece muy bien su promoción, aunque por ahora no tenga mucha aceptación.
ResponderEliminarAh, tampoco vale para el Carnaval, que esta semana se celebra por aquí. Yo me disfrazaré de personaje invisible, es decir, desaparezco del mapa en estas fechas.
Saludosssssssssssss
Hola babelain:
ResponderEliminarRecuerdo que cuando empezaron las selecciones barrocas hace ya algún tiempo, me recomendaste este álbum en uno de tus comentarios. Lo busqué, lo escuché y me dejó algo indiferente entonces. Como soy bastante cabezota, hace poco volví a escucharlo de nuevo, y ya empezó a gustarme más. Así poco a poco hasta que me hice con él y consiguió engancharme del todo.
He contado esto, porque estoy contigo en lo que dices y creo que este es un disco que no entra a la primera, ni mucho menos. Hay que insistir y darle varias escuchas. Entonces tal vez uno tenga la suerte de que le guste, como nos pasa a ti y a mi, y si es así se verá gratamente recompensado, porque sigo pensando que es un trabajo soberbio.
Luego está el asunto de los gustos personales de cada uno y sé que a veces no es fácil coincidir con todo el mundo, más tratándose de un trabajo tan complicado.
Ya esperaba que salieras en defensa de este disco. Así que el asunto de momento queda en empate.
Algún día nos explicarás que es eso de la "hora oblicua". Me has dejado con la intriga.
Saludos.
Antoni.